Pienso en ti... y en estos momentos ya no sé ni que siento.
Sé que eres otro, ya no es lo mismo de hace unos años, porque tú no eres así, eres diferente, cambiado y te quise por eso. Pero al final me duele, que todos diferentes al final se tornan lo mismo.
No es demasiado, lo que pasó, ni más que lo de antes porque tengo bien claro que eso no se supera nunca pero te quiero, te quise y eso no cambia.
Siento mucho pensar en ti porque no estoy segura de que tú lo hagas, no sé si piensas tanto como yo lo hago en ti ultimamente, ya ni sé si sea en mi.
Te extrañé estos días y cuando escucho tu voz suenas lejano, todo suena lejano.
No fue demasiado como para crear promesas, ni recordar lugares con dolor, ni siquiera para llorar... no demasiado. Pero se siente vacío, sabes? Se siente triste y me siento sola... porque ya no siento seguridad.
Me confundo y creo que tú solo me has servido de excusa para no darle la cara a viejos problemas fantasmas, que a veces regresan y se quedan latentes, como observando mi autodestrucción, como si mi desparecimiento fuese lo único importante... y me duele, me duele odiarme así a veces.

Dudas y dudas y dudas, y pienso en todo, en lo que tengo, en lo que tienen, en ellas, en ti, en ellos y lo que ya no es. Y le doy vueltas y mil vueltas cada vez, y replanteo todo en mi vida para después quedarme estática, viendo derrumbar mi espiritú, viendo-me derribarlo, enterito, por completo, golpeándolo, estática, odiándolo.

Y de nuevo pienso en ti y me quedo como...

perdida.