Friday, February 12, 2010

La seguridad que tuve de tu amor pudo más en mi de lo que alguna vez me atreví a pensar.
Estoy mejor ahora, que hace un año, tal vez dos... Porque al hacer el recuento de los últimos seis años, todo se vuelve borroso menos la sensación constante de insatisfacción y la necesidad recurrente de purgar todo lo que no quería ser.
La seguridad de sentirme siempre rodeada de otras personas provocó en mi ese sentimiento temerario de probar que sin importar que tan dificiles se pusieran las cosas, o que tan mal saliera todo, siempre estaría esta especie de red esperándome en cada una de mis caídas, mi propio sostén. Y luego abrí los ojos mareda por las contusiones, recostada en el piso, viendo hacia arriba el enorme hoyo de mi red desgastada por tantos accidentes tan fuertes. Con los huesos rotos me mantuve en el piso sangrante, sucio, hediondo; por años, uno tras otro. Supongo que la falta de contacto hizo que perdiera esa capacidad sensitiva, y la voz también. No me queda más que mis letras frágiles y descompuestas. No hubo más nadie para mi.
Y ahora el miedo de nuevo.
Las luces que me ciegan, una a una, suficientes para hacerme llorar.
Y ahora la seguridad de sentirme amada equivale a la seguridad de sentirme abandonada... después.