Soy ruido ensordecedor por las mañanas...


Un halo de incertidumbre me rodea ¿a donde irán a parar estas letras cuando ya no esté? ¿Qué será de mi y mis largimas?

Intento no pensar, sé que no estoy sola pero miro a mi alrededor y nada.
Yo no sé de mi ni los demás, yo no conosco la infinita existencia de la felicidad; yo solo me pregunto ¿a dónde iré a parar? ¿qué será de mis palabras desgastadas cuando las olvide?
De mis frases repetitivas cuando no las pueda decir más, ¿a dónde irán estas ideas vagas?
Qué será de mi cuerpo cuando el alimento se vuelva realmente necesario y que será de mi mente
cuando esta locura que albergo termine por recorrer todo mi cuerpo.
Pienso en mi pesimismo diario y en las risas que he tenido, pienso en lo que dije, en lo que he escrito, en todo esto que pienso. E imagino un mundo optimista: en ese mundo no existo yo.

Quiero ser luna y brillar.
Quiero ser aire nocturno. Y desaparecer entre las olas de regreso y al final.

Algun dia todo esto se sabrá y, ¿qué será entonces?, ¿qué pasará?
¿Vendrá alguien a buscarme o simplemente esperarán?
No quiero, sé que no debo pensar más. Y digo saber tantas cosas me me destesto aún más.
La agonía de mis días me lleva a reafirmar la soledad de esta terrible existencia que yo misma dejé pasar.
Y aquí estoy; sentada frente a un aparato inerte que no me dice nada.

Allá fuera la gente ríe
Allá dentro los niños sueñan
Y yo soy una niña muerta

Mi cara ya no dice nada y mis ojos se apagan cada día más.

Me tiemblan las manos y tengo frío.
Y entonces,
¿a dónde iremos a parar?