Triste vivir entre lo que uno es y lo que tiene que ser.
Estoy de regreso en la ciudad, en mi casa... o en lo que queda de ella. Mi cama suave, las películas que no he visto y los libros que posiblemente nunca leeré. Estoy de vuelta lamiéndome las heridas, que no sé ni de qué...
Viajé toda la noche, sin poder dormir o durmiendo con dientes apretados, más bien.
Rechinando los dientes, tejiendo historias fantásticas de futuros varios que seguramente nunca llegarán... ni buscaré.
Intenté escuchar música, reclinar mi asiento y dejarme ir. Dormir sin más, esperando que al llegar a mi destino pudiese despertar sin penas, sin cargas sobre mis hombros y esperar que el dolor constante que llevo en mi cuello y que se extiende desapareciera. En cambio, desperté con un aliento petrificado, como de muerta que resucita y nada de lo que esperó, soñó o ansió fue o será. Porque las historias que en mi cabeza se clavan y al cerrar los ojos se repiten una tras otra sin poder borrarlas, no son más que sueños frustrados de culpas que aún no puedo purgar.
Si pudiera regresar el tiempo dudo que cambiara algo. Temo al futuro porque soy incapaz de tomar decisiones. Temo al futuro porque no creo ser feliz. Porque al despertar siento la pesadez intensa, arrastrante, que no me deja... y frunzo el ceño esperando ahorcar cada idea, matar cada esperanza y que así en verdad sea lo último que muera de este cuerpo gordo y cansado, este cuerpo de casi mujer, casi niña. Este cuerpo y alma que ya no puede más.
Aferrarme a la vida, buscar la chispa, pensar positivo y agradecida... por mi libre voluntad, mi libre pensamiento, por las lágrimas que se forman y reconocer el milagro de la vida.
Por lo que queda de esta noche, solo quiero dormir. Dormir sin apretar los dientes, sin carga sobre mi... dormir y ya.
Tuesday, June 07, 2011
Sunday, April 24, 2011
Abrí mi cajón y saqué las tijeras. Corté un cacho de piel alargado que colgaba del dedo gordo de mi pie derecho. Me dolió cortarlo.
Me dolió cortarnos. Me dolió sacarte de tajo de una vez por todas de la falsa fiesta que es mi vida.
No es que no te quiera más, es que no quiero quererte más. Ni que me importe, ni que me duela, ni que me nada.
No perdono porque no quiero. Ni puedo.
Pasaron meses antes de volver. Pero no se siente igual... antes, cuando regresaba era como vomitar todo lo que contuve por meses (a mil apretones de tecla por segundo). Un vómito de letras apretadas, acomodadas y medidas para reflejar un poquito lo miserable que era, o que soy. Ahora no. Ya no puedo... me esfuerzo por ser capaz de recordar las frases espontáneas, de apariencia tan perfecta y acorde al momento, al momento en el que lo pensé. Que ganas de tener memoria perfecta. De llevar siempre plumita y escribir mis cositas pseudopoéticas/patéticas, que harían rima perfecta con el mood aletargado de las entradas anteriores. El reflejo de mi vida.
Y aún... no puedo. Me es imposible regresar a quien fui, ser quien quiero ser también. Al final la mente juega sucio y lo que creí que era en realidad nunca fue. Espacios en blanco que rellené con los colores que quise, retorciendo cada cosa hasta hacerla encajar. Fantasías de grandeza, de lucha, de amor. Cosas que no serán, porque no permito que sean, ni siquiera sé si las quiero.
Al final las decisiones que tome servirán de poco. No estoy triste ya. Soy feliz la mayor parte del tiempo, haciendo lo que me gusta (aunque aún no lo entienda). Soy feliz a mi manera; callada y sigilosa, observando siempre. Riendo con los labios apretados, con tus ojos clavados en mi nuca, como te recuerdo. Viendo al fondo y a la derecha agitando mi cabeza, torciendo labios y haciendo muecas... apretando los dientes.
Soy feliz porque lo quise, porque me esfuerzo, porque me cansé de tratar de sonreir como los otros. Soy feliz por ser yo, con cicatrices y todo.
Me dolió cortarnos. Me dolió sacarte de tajo de una vez por todas de la falsa fiesta que es mi vida.
No es que no te quiera más, es que no quiero quererte más. Ni que me importe, ni que me duela, ni que me nada.
No perdono porque no quiero. Ni puedo.
Pasaron meses antes de volver. Pero no se siente igual... antes, cuando regresaba era como vomitar todo lo que contuve por meses (a mil apretones de tecla por segundo). Un vómito de letras apretadas, acomodadas y medidas para reflejar un poquito lo miserable que era, o que soy. Ahora no. Ya no puedo... me esfuerzo por ser capaz de recordar las frases espontáneas, de apariencia tan perfecta y acorde al momento, al momento en el que lo pensé. Que ganas de tener memoria perfecta. De llevar siempre plumita y escribir mis cositas pseudopoéticas/patéticas, que harían rima perfecta con el mood aletargado de las entradas anteriores. El reflejo de mi vida.
Y aún... no puedo. Me es imposible regresar a quien fui, ser quien quiero ser también. Al final la mente juega sucio y lo que creí que era en realidad nunca fue. Espacios en blanco que rellené con los colores que quise, retorciendo cada cosa hasta hacerla encajar. Fantasías de grandeza, de lucha, de amor. Cosas que no serán, porque no permito que sean, ni siquiera sé si las quiero.
Al final las decisiones que tome servirán de poco. No estoy triste ya. Soy feliz la mayor parte del tiempo, haciendo lo que me gusta (aunque aún no lo entienda). Soy feliz a mi manera; callada y sigilosa, observando siempre. Riendo con los labios apretados, con tus ojos clavados en mi nuca, como te recuerdo. Viendo al fondo y a la derecha agitando mi cabeza, torciendo labios y haciendo muecas... apretando los dientes.
Soy feliz porque lo quise, porque me esfuerzo, porque me cansé de tratar de sonreir como los otros. Soy feliz por ser yo, con cicatrices y todo.
Monday, December 13, 2010
Está bien, deseo mostrar los elementos no seguros, así ya somos dos o tres o cuatro y tal vez cinco. Y muchos más. No te concierne ni te afecta que mierda haga de mi vida, así como a mi no me importa que próxima historia de muerte se te ocurra representar.
Soñé que te morías y te desvanecías casi en mis brazos, caías floja, como quien no quiere rendirse a la figura sombría que va naciendo de uno. Al final te rendiste y tu respiración pausada cesó. Seguro es desconsiderado decir que me provocó placer verte indefensa, como ave de alas cortadas, bañada en líquido negro, espeso, como tu alma... petróleo espeso. Habría sido lindo despertar y comprobar que sí pasó y en el entretiempo nos ahorramos problemas. Sería lindo, si.
Bañarme por dentro. Sentir el goteo de agua clara y cristalina, en cada parte de mi cuerpo. Por dentro. Sangre derramada. Te sustituyo por agua... y en mis sueños fluyo, y en la vida lloro y me seco, y lo sustituyo también.
No volver a este lugar. Abrigarme bien para dejar de sentir ese frío que cala cada parte de mis huesos, hasta volverlos astilla, hasta crear montoncitos de polvo en el suelo.
Atarme de manos para no teclear estas palabras otra vez. Decir que no quiero, decir que me duele. Y sonreír mientras miento.
Soñé que te morías y te desvanecías casi en mis brazos, caías floja, como quien no quiere rendirse a la figura sombría que va naciendo de uno. Al final te rendiste y tu respiración pausada cesó. Seguro es desconsiderado decir que me provocó placer verte indefensa, como ave de alas cortadas, bañada en líquido negro, espeso, como tu alma... petróleo espeso. Habría sido lindo despertar y comprobar que sí pasó y en el entretiempo nos ahorramos problemas. Sería lindo, si.
Bañarme por dentro. Sentir el goteo de agua clara y cristalina, en cada parte de mi cuerpo. Por dentro. Sangre derramada. Te sustituyo por agua... y en mis sueños fluyo, y en la vida lloro y me seco, y lo sustituyo también.
No volver a este lugar. Abrigarme bien para dejar de sentir ese frío que cala cada parte de mis huesos, hasta volverlos astilla, hasta crear montoncitos de polvo en el suelo.
Atarme de manos para no teclear estas palabras otra vez. Decir que no quiero, decir que me duele. Y sonreír mientras miento.
Estoy harta de tus mentiras. No tanto porque me duela, sino porque me insulta; insulta la confianza que te tuve, insulta mi cariño derramado, insulta lo implícito en nuestro contrato social.
Está bien, no tienes que decir nada. No quiero ni excusas, ni lloriqueos de criaturita abandonada, ni de luto ni de nada. No quiero más contigo, ni con ellos ni con la gente que tu vida involucre.
Decir que te perdono es fácil, hacerlo también... lo difícil en todo caso sería olvidar, y no quiero ni lo haré. La hipocresía, las másacaras, el falso lamento cuando hieres a los demás, los ojos ensayados al pedir perdón... estoy harta. Dejé eso hace un tiempo atrás y por más que mi cariño siga como sombra en ti, no pienso regresar a esos juegos, a tus juegos.
Hoy termino con mi parte del contrato, suficientes oportunidades ya te he dado.
Está bien, no tienes que decir nada. No quiero ni excusas, ni lloriqueos de criaturita abandonada, ni de luto ni de nada. No quiero más contigo, ni con ellos ni con la gente que tu vida involucre.
Decir que te perdono es fácil, hacerlo también... lo difícil en todo caso sería olvidar, y no quiero ni lo haré. La hipocresía, las másacaras, el falso lamento cuando hieres a los demás, los ojos ensayados al pedir perdón... estoy harta. Dejé eso hace un tiempo atrás y por más que mi cariño siga como sombra en ti, no pienso regresar a esos juegos, a tus juegos.
Hoy termino con mi parte del contrato, suficientes oportunidades ya te he dado.
Monday, October 25, 2010
Empezar por pedirte que te vayas, o por rogarte que pares.
Podría seguir en esto, cuando quisiera, como quisiera pero decidí que no. Tomé el salto que me pedían y comprendí que existía más de lo que me permitía ver.
Regresar a la posición aprendida, a la posición sin esfuerzo y las manos hasta adentro, dos dedos entrelazados, hasta el fondo de la garganta. Y de ahí sin esfuerzo. Las contracciones automáticas, peristalsis invertida, la mandíbula rota.
Tener que quitarme este miedo y enfrentarte, porque no solo a ti te haces daño.
Tomé la decisión de parar hace más de un año y tu presencia no da más que un dolor de cabeza constante, no es mas que mis músculos contraídos; la lucha de siempre ahora contigo, rogando a mi mente aguantar fuerte un poquito más. Fingir que no escucho, pretender que no me duele, decir que no te envidio.
Me sentí tentada hace unas semanas, de recorrer el viejo camino de nuevo... no pude.
Adoptar una posición conocida, el corazón latiendo fuerte, la mano temblando, y la práctica perdida. Finalmente te tiraste en el suelo con los ojos llorando y la frustración de saberte diferente, de no recordar más el camino de las purgas, de no querer más recordarlo. Y al mismo tiempo necesitarlo tanto.
Tal vez perdí la conciencia al caer suavemente sobre el tapete en un piso de mosaicos blanco, espero haberla perdido porque todo pareció parte de un trance horrible.
Recorrer mentalmente pasajes del pasado, mezclados con ilusiones de como desearías haber vivido, sin un trazo claro entre lo que es real y lo que es ficción, lo que deseaste tan fuertemente como para incorporarlo a tu vida y sentirlo como verdad.
Terminar por pedirte que te vayas, o por rogarte que pares.
Podría seguir en esto, cuando quisiera, como quisiera pero decidí que no. Tomé el salto que me pedían y comprendí que existía más de lo que me permitía ver.
Regresar a la posición aprendida, a la posición sin esfuerzo y las manos hasta adentro, dos dedos entrelazados, hasta el fondo de la garganta. Y de ahí sin esfuerzo. Las contracciones automáticas, peristalsis invertida, la mandíbula rota.
Tener que quitarme este miedo y enfrentarte, porque no solo a ti te haces daño.
Tomé la decisión de parar hace más de un año y tu presencia no da más que un dolor de cabeza constante, no es mas que mis músculos contraídos; la lucha de siempre ahora contigo, rogando a mi mente aguantar fuerte un poquito más. Fingir que no escucho, pretender que no me duele, decir que no te envidio.
Me sentí tentada hace unas semanas, de recorrer el viejo camino de nuevo... no pude.
Adoptar una posición conocida, el corazón latiendo fuerte, la mano temblando, y la práctica perdida. Finalmente te tiraste en el suelo con los ojos llorando y la frustración de saberte diferente, de no recordar más el camino de las purgas, de no querer más recordarlo. Y al mismo tiempo necesitarlo tanto.
Tal vez perdí la conciencia al caer suavemente sobre el tapete en un piso de mosaicos blanco, espero haberla perdido porque todo pareció parte de un trance horrible.
Recorrer mentalmente pasajes del pasado, mezclados con ilusiones de como desearías haber vivido, sin un trazo claro entre lo que es real y lo que es ficción, lo que deseaste tan fuertemente como para incorporarlo a tu vida y sentirlo como verdad.
Terminar por pedirte que te vayas, o por rogarte que pares.
Tuesday, October 19, 2010
Tuesday, July 27, 2010
No me siento tan triste como me sentía años antes. Cada vez me enfrento más "maduramente" a los problemas que se me vienen encima, y se siente distinto, respirar de nuevo.
Siempre regreso a esta pantalla cuando se me agotan los recursos para salir adelante sin derramar algunas lágrimas; es cada vez más y más espaciado un post del otro y no sé que tan orgullosa debería sentirme de eso. No sé si sea lo mejor porque ahora simplemente lo escondo todo en algún rincón empolvado bien adentro de mi...
Me siento sola, más sola que en mucho tiempo. Y aunque odio sentirme así, odio más no tener la voluntad de corregirlo y hacer algo por mi, por mejorarme. Y sigo sin poder dormir, despertándome tarde, desaprovechando todo.
Pero más que todo, extraño a mis amigos. Extraño demasiado la sensación de tener alguien con quien contar, que alguien se preocupe por mi, tener la seguridad de que me siguen y aman. Y hoy no la tengo... no tengo más que la ansiedad constante de sentirme vacía e inservible, desechable. Con la manía degradante de revisar el celular cada tres minutos con la ilusión de que alguien me piensa... y luego caer fuerte reafirmando lo que temía: NADA, NADA. NADA.
Siempre regreso a esta pantalla cuando se me agotan los recursos para salir adelante sin derramar algunas lágrimas; es cada vez más y más espaciado un post del otro y no sé que tan orgullosa debería sentirme de eso. No sé si sea lo mejor porque ahora simplemente lo escondo todo en algún rincón empolvado bien adentro de mi...
Me siento sola, más sola que en mucho tiempo. Y aunque odio sentirme así, odio más no tener la voluntad de corregirlo y hacer algo por mi, por mejorarme. Y sigo sin poder dormir, despertándome tarde, desaprovechando todo.
Pero más que todo, extraño a mis amigos. Extraño demasiado la sensación de tener alguien con quien contar, que alguien se preocupe por mi, tener la seguridad de que me siguen y aman. Y hoy no la tengo... no tengo más que la ansiedad constante de sentirme vacía e inservible, desechable. Con la manía degradante de revisar el celular cada tres minutos con la ilusión de que alguien me piensa... y luego caer fuerte reafirmando lo que temía: NADA, NADA. NADA.
Monday, June 14, 2010
No sé que diferencia habría hecho el mirarte a los ojos. No soporto más tu mirada, el vistazo de decepción que lanzas con ese desdén tuyo. No quiero verte más, ni sentirte, ni quererte ni odiarte.
B O R R A R T E
Quiero ir libre, sin la congoja de pensarte pensándome. El darle vueltas al asunto y el cansancio mental que acarrea el simple hecho de pensarme, también.
No me miro más, no me hablo más, no vomito(me) más, no pienso más
no me quiero ya, hoy menos que nunca,
no quiero ya seguir en la deriva de lo qué será de mi vida
las decisiones me afectan, y no tener la mínima idea de qué ser me tiene tumbada
cansada, adolorida, agotada
no me toco, no me siento
no me animo, no me atrevo
sigo siendo el pajarraco abandonado
sin plumas
sin color
de alas cortadas.
B O R R A R T E
Quiero ir libre, sin la congoja de pensarte pensándome. El darle vueltas al asunto y el cansancio mental que acarrea el simple hecho de pensarme, también.
No me miro más, no me hablo más, no vomito(me) más, no pienso más
no me quiero ya, hoy menos que nunca,
no quiero ya seguir en la deriva de lo qué será de mi vida
las decisiones me afectan, y no tener la mínima idea de qué ser me tiene tumbada
cansada, adolorida, agotada
no me toco, no me siento
no me animo, no me atrevo
sigo siendo el pajarraco abandonado
sin plumas
sin color
de alas cortadas.
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